El domingo se estrenó la versión española del popular concurso éstadounidense Extreme Makeover, que por cierto podíamos ya seguir en el canal People & Arts de Digital +. Sí, ya sé que no todo el mundo lo tiene.
Pues bien, respecto al programa comentar algunas cosillas. Lo primero la presentadora, que aunque quiera no puede dejar de presentar todo lo que presenta como si todavía fueran los números de La Primitiva, sosa, sosa, sosa.
Además, cortando a los pobres familiares, de los concursantes insatisfechos con sus cuerpos, intentando "diariopatricear" al máximo sus intervenciones. Resultó especialmente cómico el momento en el que uno de los familiares, el marido, se lamenta de la ausencia de su mujer pero no porque la echara de menos, sino por todo el trabajo que había tenido que realizar extra. Sin ir más lejos el hombre había perdido unos cuantos kilos.
Luego están las concursantes, las dos mujeres, que francamente deberían plantearse hacer un cambio radical pero antes de ir a la tele exhibir sus interioridades, ya que gran parte del problema que parecía atormentarlas, era realmente sencillo de solucionar con un cambio de look integral y un poco de dieta y ejercicio. Como también hacen en el Extreme Makeover el "antes" está basado en gafas tipo "Yo soy Bea" y "braguitas" por llamarlo de alguna manera, tipo paraca.
Tras el éxito de audencia del programa no han sido pocas las protestas, básicamente desde el colectivo médico, que tildan el programa de frívolo. Argumentan que puede provocar, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, el deseo de pasar por el quirófano y "tunearse" para conseguir un mayor éxito social. Totalmente de acuerdo.
No es precisamente una de mis cantantes favoritas, más bien todo lo contrario, pero bueno...
El domingo se estrenó la versión española del popular concurso éstadounidense Extreme Makeover, que por cierto podíamos ya seguir en el canal People & Arts de Digital +. Sí, ya sé que no todo el mundo lo tiene.
Pues bien, respecto al programa comentar algunas cosillas. Lo primero la presentadora, que aunque quiera no puede dejar de presentar todo lo que presenta como si todavía fueran los números de La Primitiva, sosa, sosa, sosa.
Además, cortando a los pobres familiares, de los concursantes insatisfechos con sus cuerpos, intentando "diariopatricear" al máximo sus intervenciones. Resultó especialmente cómico el momento en el que uno de los familiares, el marido, se lamenta de la ausencia de su mujer pero no porque la echara de menos, sino por todo el trabajo que había tenido que realizar extra. Sin ir más lejos el hombre había perdido unos cuantos kilos.
Luego están las concursantes, las dos mujeres, que francamente deberían plantearse hacer un cambio radical pero antes de ir a la tele exhibir sus interioridades, ya que gran parte del problema que parecía atormentarlas, era realmente sencillo de solucionar con un cambio de look integral y un poco de dieta y ejercicio. Como también hacen en el Extreme Makeover el "antes" está basado en gafas tipo "Yo soy Bea" y "braguitas" por llamarlo de alguna manera, tipo paraca.
Tras el éxito de audencia del programa no han sido pocas las protestas, básicamente desde el colectivo médico, que tildan el programa de frívolo. Argumentan que puede provocar, sobre todo entre jóvenes y adolescentes, el deseo de pasar por el quirófano y "tunearse" para conseguir un mayor éxito social. Totalmente de acuerdo.
No es precisamente una de mis cantantes favoritas, más bien todo lo contrario, pero bueno...
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